A veces las sombras te atacan
como crueles fantasmas del ayer
disfrazados con otras caras...
con otros ojos...
y comienzas a darte cuenta
cuando las tristezas se hacen parte de tus dedos...
cuando comienzas a sentir el silencio de los crepúsculos...
cuando te invaden las sábanas...
cuando por una lágrima se te escapó la luna...
y estás solo
solo como un grano de sol sobre el mar...
y quieres escapar por los azulejos
por las cortinas
y desintegrarte en luz de mil silencios
y dejarte caer como pluma abandonada
y ser solo un eco diminuto
un esqueleto callado
una mariposa entre los vidrios
una sepultura sobre las estrellas
y no puedes
no puedes
y te laceran
te cortan los segundos
y sangras
sangras como los adoquines de los cementerios
como esa simple espina sobre la frente
y te golpean
y te caes
caes sobre la alfombra
sobre tus hojas marchitas
y solo eres esto
un cosmos lleno de sueños
sueños maltrechos
sueños que solo quedaron abandonados
sobre los campos de viejos girasoles
allá
allá en ese pueblo
pueblo de trenes yertos
de chapa y contrachapa
de olores a niñez enlutada
y te ves en los espejos gastados
en los vapores de la lluvia
en las gotas de las telarañas quietas
y los años han pasado como aviones de guerra
los años no te esperaron
has quedado parado en esa vieja estación
a la espera
y giras la cabeza
miras el viejo camino
y te das cuenta que todo fue y serán
esas sombras de ayer
vestidas de húmedos sueños...
2009.
Poema del Libro "Sueños Perdidos" Editorial Dunken Enero 2012
Todos los Derechos Reservados.
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