Me escuché las manos
de tantos pasos
me mutilé los dedos
de tantos gritos
y los labios se abrieron
en boca de río
para sentirme luna
sobre el cristal del trigo
blanco
amarillo
armadura de silencios
párpados submarinos
y hermosos lunares
de
piedras
de
olvido
era la hora del séptimo día
y entre mapas de raíces
esuché la identidad de los crepúsculos
árboles fugitivos al invierno
jardines de fuego contra la lluvia
solo me dispuse a seguir
caminando en calles de uvas
envuelto en solapas de viento
llorando las soledades de los pueblos
bebiendo
cada
herida
en
un
soplo
de
luz
sintiéndome hermano de los descalzos
hijo de las madres solteras
padre de los huérfanos
sepúlcro de los caídos
mientras en tropel de ojos sueltos
me griten los gritos del infierno
para confundirme
en patria
para seguir siendo
un
oscuro
sobreviviente.-
(1987 Año de muchas tristezas.)
Todos los Derechos Reservados.-
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