Quedaron abiertas las bocas
en una silenciosa plegaria de agonía.-
D.Reyes
Yo que sostuve entre mis dedos
el clamor de la lluvia
que escuché los lamentos del viento
y reconocí el hambre de los olvidados
lamiendo a sol y luna
el dolor de esta tierra
donde corrió la voz del silencio por las veredas
y el olvido de los exiliados...
yo mamé las soledades de los cuartos
los ojos perdidos en el espacio de los corredores
y sentí el frío de las ausencias
devorar los últimos sueños de los desposeídos...
yo huí por las ventanas de la poesía
me lancé frenético a las hojas en blanco
y disparé mis primeras letras
sin saber retomar el idioma
y me encontré con miles de mutilados
con pensamientos olvidados sobre las mesas de cafés
con soledades quietas
con lágrimas olvidadas
y yo creía que era el único
que lloraba,
el único que sentía frío
en las tardes de los homicidios
yo creí en el hombre de Jerusalén
y creí en el contorno de las islas
pero también había guerrilla
y ambos sembraban muerte sobre el vientre de los mediodías...
yo me fui y deje mis montañas,
las dejé solas sin sol y sin plumas
dejé las naranjas y los azahares
dejé pieles y bocas agonizantes de sed
y de besos;
yo facilité mi muerte en el olvido
allí quedaron mis pasos nocturnos
muertos y olvidados
como los sueños
como el mar
sin peces
así quedó mi pueblo
sin gente
sin ocasos
sin guitarras
sin libros
sin canciones
y yo estoy lejos
como lo están los muertos
en el exilio de los siglos...
19,42 hs
18/01/93
Todos los Derechos Reservados.-
Daniel, querido Daniel, tus poemas son intensos, tremendos... cargados de una tristeza inigualable. Este me dolió aunque la belleza con la cual pintas tus versos aminora la angustia.
ResponderEliminarSiempre me ha gustado tu poesía porque dejas derramar tus sentimientos en ella, cualidad que pocos poseen.
Ya estoy de regreso querido amigo.
Te mando un beso con muchísimo cariño.
Gracias por haber regresado... pensé que solo quedaría la sombra de tus letras entre las mías...
ResponderEliminarTe estaba esperando...