Me perdí en la clara luz
de tus ojos
ojos de agua cristalina
de silencios ajenos,
tu rubor de crepúsculo otoñal
dejándome en la clandestinidad de mis sueños
miro tus labios de amapolas salvajes
pétalos relucientes
párpados de tierra mansa
y delineo tu cuerpo
contornos de costa y arrecifes
y me dilato las manos
tratando de llegar a tus ocasos
a tus milagrosos poros
y me pierdo en la luna de tu cuello
donde caen de a mil tus cabellos
danzando como algas adormecidas
en la plenitud de tus hombros
y me deleito imaginando caer desde tu mentón
como un asteroide solitario
hasta la cuna central de tus pechos
y detenerme entre sus acantilados
saboreando la miel de sus profundidades
y socavarme los labios
mientras te nombro
para quedarme exhausto
en la dilatada canción de tu vientre,
magnánimo templo de vida
y eternamente enclaustrarme
entre la brisa de tu ombligo
y no llegar a la cuna del oasis
para morirme de sed
contemplando tus mares internos
imaginando el contorno de tus piernas
terminando en brusca danza
de tus muslos perfectos
y saltar de un golpe de sombras hasta tus pies
y detenerme en cada uno de tus dedos
dedos que sostienen al compás de la tierra
la escultura ígnea de tu existencia.
Ay mujer de mis complejos sueños!
Ay mujer de estrepitosos detenimientos!
Ay este incrédulo paisaje donde mis ojos heridos danzan en oscuridad
de ausencia!
Solo dejo esto entre los noctámbulos peldaños de la dicotomía!
Un sueño herido entre los pasos de los días…
Una lejana imagen en el espejo de mis fantasías.
Poema del Libro "Sueños Perdidos" Editorial Dunken Enero 2012
Todos los Derechos Reservados.-
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