Volví con los ojos tristemente vacíos
agotados de lágrimas invasoras
y los cristales empañados
con figuras fantasmales pegadas a los costados
sombras maléficas sobre mi rostro
y mis cerros callados
enlutesidos en versos negros
mi destino era llegar
correr entre baldosas ajenas
entre árboles callados
la madrugada era una siniestra ecuación de maleficios
llovizna congelada
silencio perpetuo
y mis pasos sin huellas
entre pocos rostros desconocidos
era la hora de la muerte
mis manos temblaron
cuando el reloj marcó tu partida
el instante justo en que se detuvo tu corazón
corazón bendito de madre
corazón de amargos recuerdos
de líneas transversales a tu existencia
esencia de nostalgias dormidas…
corazón entristecido de soledad
corazón sin olvido
sin sudarios…
II
Amanecer de acordes dantescos
silencios
pájaros sin vuelos
lluvia y cenizas
las flores estaban ausentes
lágrimas congeladas
pasos irrespetuosos
rostros ajenos
párpados mutilados
espantos
soledad de manos cruzadas
mortaja inolvidable
prisión de madera
y el loco giro de los duendes
puertas cerradas
broma hechicera
cruces en penumbras
soledad infinita
y llegaste entre los pasos presurosos
nadie esperaba tu ingreso
no había una tumba abierta
solo silencios
sombras
antiguos muertos
desconocidos
conocidos
amigos
parientes
pero todos
terriblemente muertos
y era tu hora
esa hora de la infamia
del clandestino hacedor
de la eterna sombra
de las bocas cerradas
de las manos yertas
de pasos oxidados,
nadie esperaba tu llegada
hasta los ángeles se olvidaron
el cielo estaba oscuro
mis cerros callados
recibían el rostro de la helada
nieve y sombras
solo sombras
y cementerios cerrados.
III
Mi corazón amada madre
latía como un león entre las ramas
como un terremoto interno
esperaba
lloraba
esperaba
temblaba
esperaba
corría
esperaba
recordaba
esperaba
lamentaba
esperaba
y los espantos
los recuerdos nefastos
las manos frías
los pies callados
ojos taciturnos en desvelo
labios dormidos de ausencia
esperaba
sin flores
esperaba
sin abrazos
esperaba
sin poemas
esperaba
sin besos
esperaba
sin miradas
esperaba
el reloj avanzaba
las sombras desaparecían
el dolor crecía
heridas internas
sangre alborotada
saliva ardiente
venas contraídas
ojos lastimados
llantos y ríos de lágrimas
me hice niño escondiéndome de los temores
de los grandes castigos
de los patios antiguos
de mis tantos juguetes olvidados
de los viejos árboles
de perros ausentes
de ancestrales partituras
esperaba sin esperar
sin tenerte
esperaba
sin hermanos
esperaba
letanía horrorosa de los vivos…
aparecieron entre mis recuerdos
algunos desaparecidos
y yo solo esperaba
esperaba
solo esperaba…
IV
Mis pasos sonaron vacíos
las puertas del eterno silencio
se abrieron
como bocas negras de espanto
esperaba tu llegada
en ese cementerio de ausencias
cruces viejas olvidadas
mausoleos
olores nauseabundos
flores secas
y el frío congelaba mis huesos
lloraba el cielo en escarcha
mi hermana
caminaba sonámbula
entre las tumbas viejas
la espera fue interminable
mis ojos perdidos
mis labios callados
perros hambrientos
cielo sin pájaros
ausentes cantos
llovía
era la hora de las ausencias
y nuevamente esperaba
el reloj estaba detenido
mi manos se crisparon
como abejas en torno al miedo
espantos
miedos
gritos errantes
y tan solo
como una piedra en el océano
te trajeron Madre
como un montículo más
en una carroza gris
sin flores
solo tu nombre vacío
tras el cristal humedecido
y miré como un niño
empañándome los ojos en lágrimas
y ya no estabas
solo tu cuerpo inerte
el ataúd estaba abierto
pero decidí en mi alma dejarte quieta
no mover esa tapa de madera
dejarme en mi mente tu última sonrisa
tu último te amo
y abracé esa madera
ese silencio de voz
y te llevé entre manos extrañas
entre pasos desconocidos
la tumba esperaba
como te esperaban Papá y Genaro
en un hueco de sombras
y acaricié ese ataúd mil y una vez
secando las lágrimas del cielo
hasta el momento mismo
de tu descenso
al vientre oscuro de la tierra
útero solitario
enigma de resurrección
estertor de los ocasos olvidados
perenne sombra fría
patíbulo de la esencia
sueño mutilado
mis manos temblaron en el vacío
de tus manos…
V
Hoy me despejo los ojos
dedos cansados
párpados mudos
oídos cristalizados
pies adormecidos
miles de lágrimas contenidas
desparramados silencios
pueblo viejo
veredas ausentes
rostros nuevos
y yo tan solo
tan perdido en la oscuridad del día
y tú viajando a la eternidad de las almas
recuerdos sueltos
cajones olvidados
cerros enmohecidos
y la estación tremendamente apagada
cuantos dolores en el suelo
y esta muerte que me acompaña
a veces a unos cuantos pasos
de mis espaldas…
debo callar estos versos
es mi deber
entre los silbidos del viento
decirte Adiós
decirte Madre
decirte Mujer
decirte Amor
decirte Vientre
gracias
me has regalado la vida
la palpitación de la poesía
el pentagrama de mis sueños
la desolada canción de los muertos
debo decirte adiós
para recordarte
en este corazón cansado
en esta piel que me abraza
y mirarte desde lejos
mirarte… mirarte…
entre la profundidad de mis huesos
he dejado en ti esta canción
y tú dejaste este cielo
esta rosa fugitiva
este enmascarado poema
estas lágrimas de dolores
de ausencias
de pechos
de amores
de estrepitosos libros
de estampidas de pájaros
Madre mía... adiós
solo me quedan tus sonrisas
tus galletas
tu miel
tus manos en mi frente
tu canción de cuna en mi vientre
tus besos de pan casero
tus mermeladas de siestas otoñales
tus tejidos de carpetas
que sobresaltan mis muebles
tus sonrisas tras los pasos de mis hijos
tus paseos de plaza
domingos de iglesia
y ese eterno silencio
abismal silencio entre los dos
y tantas, tantas caricias
como pétalos de mar
adiós Madre
espérame
ya llegarán a mí tus alas…
23 de Junio 2007
En Memoria de mi Madre a un año de su Desaparición.
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